Tienes peso e IMC normal, pero ¿estás realmente saludable? Puedes descubrirlo con un ECC (Estudio de composición corporal). Aquí te explicamos por qué es la clave para llegar a un cuerpo REALMENTE saludable. Sigue leyendo.
A grandes rasgos, el “Estudio de composición corporal” o ECC, es un examen que mide las proporciones de diferentes tipos de tejidos en el cuerpo, incluyendo músculo, grasa y hueso.
Existen varios métodos para realizar un estudio de composición corporal, siendo los más conocidos:
Bioimpedanciometría (BIA): mide la resistencia eléctrica que fluye a través del cuerpo para estimar la cantidad de tejido graso y muscular. Es un método simple, barato y ampliamente disponible.
Análisis de densidad corporal (DEXA): utiliza radiación de baja energía para producir imágenes detalladas del cuerpo y medir la cantidad de tejido graso, muscular y óseo. Es el mejor examen existente hasta el momento. La limitación es que es extremadamente caro y se suele utilizar principalmente para estudios científicos.
Antropometría: Consiste en la medición de pliegues cutáneos. Mide la cantidad de grasa subcutánea (debajo de la piel) en diferentes áreas del cuerpo mediante la medición de los pliegues de piel con un calibrador de pliegues cutáneos. Este método es el más confiable en el ambiente clínico después del DEXA, es barato y es ampliamente disponible, sin embargo se necesita que el profesional que haga la medición esté acreditado y tenga experiencia en la medición.
Todos estos métodos proporcionan información valiosa sobre la salud y la composición corporal que no está disponible a través de la medición de peso o talla solas. Esto es importante, ya que muchas personas creen que por tener peso e IMC adecuados están “saludables”, lo cuál no necesariamente es cierto. El tener un cuerpo saludable incluye un equilibrio entre masa muscular, masa grasa, alimentación, hábitos de autocuidado, etc.
Pero ¿por qué un ECC sería la clave entonces?
Porque permite hacer un diagnóstico preciso de la composición de tu cuerpo, lo cual te permitirá sentar las bases para una planificación alimentaria y de entrenamiento correcta y personalizada para ti. Si no hay un diagnóstico inicial, no se puede seguir con un plan que genere cambios favorables.
Que nunca se te olvide esto:
Conocer la composición corporal puede diagnosticar, planificar y ayudar a monitorear el progreso hacia metas de entrenamiento o nutrición y a tomar decisiones informadas sobre cómo mantener un estilo de vida saludable.
Se recomienda hacer un estudio de composición corporal regularmente, cada 4 a 6 meses, para monitorear los cambios y hacer ajustes en la rutina de ejercicios y nutrición. Sin embargo, la frecuencia ideal dependerá de sus metas individuales y de cualquier cambio en su estado de salud o estilo de vida.
Por eso, asesórate con un profesional capacitado en composición corporal, como todas nuestras nutricionistas Vilbofit.
Hazte un ECC, diagnostica, planifica y mide tus mejorías. Nosotros estamos para ayudarte.
¡Un abrazo!
BRUNO
MÉDICO EQUIPO VILBOFIT
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